Las palabras de aquel que nunca reinó el bosque...

Él le dice a él, en medio de un lago cristalino, hermoso, hojas verdes templadas, en medio del bosque maravilloso, en medio de las flores, los sapos, los cisnes, los saltamontes… en medio, en medio le dice…

¿A quién doy cuenta de mis sueños?, ¿a quién doy cuenta de mis anhelos?, ¿a quién comparto mis más turbios deseos?… ¿ a quién?, ¿quién quiere compartir conmigo el sueño, la pesadilla, la realidad, la fantasía, el tiempo sin tiempo?... ¿alguien quiere?

No.

El que escuche las palabras, aquel que vea también la visión, aquel que sienta algún día la esperanza renacer interpuesta por mi aliento, tomada en posesión por mis ojos, por mi mirar, por la intensidad de mis pensamientos, aquel que intente buscar mis deseos al final me matará, ese a quien desnudo mi ser cuando ese ser no vive en la intimidad, sino que vive en la luz pública, todos lo quieren tocar, todos quieren ser parte de un poco de su magia, pero cuando no es suficiente su magia, cuando su magia los deja morir entonces se convierten en el más duro soldado en su contra... en mi contra, ¿vienen de la muerte?, no. Nunca murieron, se hicieron los muertos porque perdieron la fe.  Nunca entendieron las palabras, nunca entendieron el tiempo, no ven, están ciegos por la necesidad, ellos quieren que alguien supla su visión borrosa, la pesadilla representa entonces un enemigo que debe pagar el precio… ese precio por osar compartir los sueños, los anhelos, los turbios deseos, la fantasía, el tiempo sin tiempo, debo pagar, debo pagar el precio por invitar…

Soy malo, a veces me siento malvado, como una cruzada épica de guerra, a algunos les gusta, otros no lo entienden, otros se sienten insultados, robados, estafados, explotados,  a veces no puedo más con mi humanidad, es un grito sin gritar, quisiera salir a la calle y no regresar nunca y sé que arrepintiéndome y en la cobardía bailaré todo el día, buscaré mi belleza y con ella me conformaré, se conformará quien me desea, me tomará y yo me dejaré llevar, lejos de aquí al pueblo donde todos se encuentran allí estaré aguardando, en la sombra esperando que el rayo caiga sobre el reino que abandoné, sobre la tierra que construí y que hoy tengo miedo de pisar…. Será cansancio… no, es el miedo, mi más duro enemigo.

Él se va, brinca por las hojas, camina por el agua, sube por los árboles, flota, ríe, llora… desaparece.

1 comentarios:

Loretana dijo...

No me suelten la mano, no me dejen caer, no hablen, sólo actúen… perfecto, no más, si van más allá, hace daño.

Sobra decir lo que ya has escuchado muchas veces -“estoy y estaré contigo”-¿Quién que pasa por acá no lo dice?, sólo las acciones sobre el tiempo revelan las verdades.

Se siente vacio, se siente una pared que me aleja del espejo, ¿de qué me escondo? Se sienten ganas de suspirar y desmayar. También tengo miedo, la niebla increíblemente más espesa, no alcanzo a ver muy lejos a través de ella pero igual soy feliz de encontrarme donde me encuentro, es mayor el miedo de salir, de encontrarme viviendo la realidad de la otredad, no quiero, eso sí me da pavor, prefiero la niebla en la que hasta ahora estoy y me hace sentir viva.

Sólo hay una persona que nos acompaña, que te acompaña por encima del miedo y por encima del mundo, el amor de una madre es inimaginable, es el único bastón firme que nos queda, de resto es ir por carretera y escuchar miles de cosas, y por cada episodio del sueño, muchos susurros pero, el problema es tener las agallas para asumirlo solo. Has demostrado poder, te admiro independientemente de lo que pase más adelante, de nada sirve la mano que no está en la caída para ayudar.


Gracias.

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