ADIÓS A LA ESCUELA EN POPAYÁN

Este año era emocionante al saber que después de muchos años la Escuela de Artes Vivas y Escénicas abriría su Tercer Nivel; pero el día que debía iniciar tuvimos que enfrentar un decisión que aunque cuesta reconocer es lo mejor para el proyecto de la CTVC en la ciudad blanca.

De los cinco actores que estaban dispuestos a iniciar el proceso regular, ninguno de ellos quería dedicarse a la actuación, ni tan siquiera por su cabeza pasa la idea de ser parte de la Residencia Artística en Bogotá; nosotros con Rocío Dorado, compañera fundadora de la Organización, nos preguntábamos a qué le apostamos con un grupo de artistas que según el desarrollo temático es el grupo más avanzado, pero que no le apuesta a su vida en el arte, ¿para qué el esfuerzo temático?, ¿para qué intentar lo que estaba destinado al fracaso?.

No sé por qué el proyecto llegó a este punto de desconexión, que la Casa Teatro de Popayán no tenga dentro de sus artistas a ninguno que le apueste al arte escénico como opción de vida, ¿ a qué se dedicaban los actores dentro de la Casa el año que pasó?, ¿ en dónde estaba la reflexión?.

Finalmente con todo lo que implica esta decisión en Popayán, decidí como Director General de la CTVC retirar el esquema de la EAVE de Popayán, ciudad que lo vio nacer y lo hizo madurar, pero que ahora lo único que causaba era resentimiento, y malas percepciones; creo que este proceso volverá en la medida que exista un artista residente responsable de todas la constancia y vivencia artística dentro de la Casa.

No puedo creer que en Popayán hayan dejado de creer en las Artes Escénicas, ¿si ese es el pensamiento de los aprendices, qué se puede esperar de la gente que rodea el proyecto?; no puedo creer que una promesa de las artes escénicas no crea en el proyecto de Residencia Artística en Bogotá y siga pensando que del arte no se puede vivir, lo hemos probado con hechos, y con hechos contundentes; quien ya no quiera "serlo" es porque no merece ser llamado artista; es más, se les debe alejar del camino, porque aunque pueden ser Compañía temporal, gastarán nuestras energías con sus egos y su mirada perdida.

Adiós a la Escuela y entonces añoraré a una verdadera promesa que lleve a la gloria a la Cuna del Teatro Vivo, hasta entonces estaré sólo en el camino, acompañado tan solo por los que creen a ratos.